federacion internacional del pescado

SOBRE EL MUNDIAL Y SUS VICISITUDES

Todos bien sabemos que cualquier tipo de fanatismo no hace mas que arrastrar a sus victimas a la mas absurda estupidez. Tratándose de futbol, podría decirse que ésta alcanza niveles escalofriantes. Pues bien, esta vez me ha tocado de cerca. Yo, antideporte por antonomasia, he caído victima de este cáncer social. Procedo a la explicación de mi infortunio y de otras circunstancias que se encuentran íntimamente relacionadas con el mismo.

Siendo una persona que carece en absoluto de prejuicio alguno, he llegado a entablar amistad con personas que han sucumbido ante el flagelo de los clubes de futbol, convirtiéndose en empedernidos simpatizantes. Los hay menos y más boludos. Obviamente, nos concentraremos en el máximo exponente, zorro cuatro de aquí en adelante. Resulta que zorro cuatro cometió una de las más difundidas y sin sentido estupideces inherentes al ambiente deportivo. No se le ocurrió mejor idea que prometer, vaya uno a saber a quien, ni con que propósito, abandonar cualquier tipo de bebida espirituosa por el termino de dos meses si un club de fútbol de la ciudad, del cual no es partidario, descendía a no se cual categoría. No pudiendo comprender en lo mas mínimo el por que de su decisión, no pude hacer menos que interrogarlo repetidamente, no obteniendo ninguna respuesta esclarecedora y tuve que llegar a la conclusión de que simplemente era un pelotudo. Nunca en mi vida fui testigo de peor decisión. Todos perdían: las multinacionales productoras de fernet verían disminuir sus ingresos en unos cuantos dólares, el se aburriría terriblemente en las discotecas (se trata de una persona con severos traumas psicológicos, que necesita evadirse para poder sobrellevar esas horas, tema que se tratara en alguna futura publicación), su salud empeoraría severamente (empieza a abusar de drogas de diseño) y decenas de señoritas perderían un gran galán. Gracias a dios, aun podemos disfrutar de sus polémicas declaraciones, tal vez mas polémicas y abundantes que nunca.

Ni bien zorro cuatro se entero que debía cumplir con su promesa, bajo el implacable escrutinio de sus queridos amigos, solicítome abundantes cantidades de falopa. Por supuesto que accedí, un amigo con todas las letras no le niega una mano a uno de los suyos, especialmente viéndose éste en tal aprieto. Pero claro, uno tiene sus obligaciones y, además, bajo ningún aspecto priorizaría algo surgido de semejante pavada. Hecho por el cual, zorro cuatro no contó con ningún tipo de droga por casi tres semanas. Pero una vez finalizada mi ardua mesa de exámenes, note que contaba con abundante tiempo libre, por lo que decidí sacrificar parte el mismo para cumplir con mi colega y, ya que estaba, hacerme de unos pesos. Así que llame a un tranza local y compre una módica cantidad de marihuana. Me guarde un pedazo para poder hacer mas soportable mi estresante estilo de vida, y procedí a agregar orégano, yerba mate y algunos yuyos de mi balcón al que le correspondería a zorro cuatro. No pude menos que sentirme orgulloso al ver el tamaño de la piedra que finalmente le entregaría, suficiente como para que la justicia quede convencida de que se trababa de un narcotraficante de segunda.

Pensándolo bien, la droga no podría haber llegado en mejor momento. Esa noche iríamos a uno de los boliches mas top de la ciudad y zorro cuatro ya no aguantaría otra noche en sus cabales. Fumo un porro antes de salir, y antes de entrar encontró tiempo para fumar otro y comer medio más. El resultado era completamente previsible. A minutos de haber entrado a la discoteca pude divisarlo en una de las barras, pidiendo un trago de alto contenido alcohólico. A esta altura, no es necesario detallarles que es lo que hace la pandilla de la fip en una de sus alocadas parrandas, por lo que no me voy a tomar la molestia de profundizar al respecto. Por supuesto, al día siguiente, día en que el seleccionado de futbol argentino se enfrentaba al seleccionado nazi alemán, zorro cuatro negaría rotundamente haber probado trago alguno la noche anterior, así como también haber intimado con un transvertido, luego de proclamar a los cuatro vientos su contundente apoyo al matrimonio homosexual.

Esa mañana todos, en general cada uno en su hogar, yo por mi parte en la puerta de entrada de mi edificio, nos despertamos severamente resacosos. Además, la noche anterior, totalmente ebrio, me había ofrecido como conductor designado para que fuéramos todos a la casa de zorro tres, para poder disfrutar del partido en high definition. Así que me dispuse a levantarme. Ingrese a mi casa a eso de las once menos cuarto, salude a mi padre, quien desde hacia varias horas seguía la interesantísima previa al encuentro, manotee las llaves de mi automóvil y me dirigí al garaje. Sacarlo de ahí me costo varias abolladuras, pero finalmente lo conseguí. Estábamos retrasados, y poder llegar a tiempo me costo sumar otros cuantos abollones, haciendo caso omiso a los reproches de las victimas de mi conducción temeraria. Al llegar al lugar en cuestión decidí darle una inspección al auto. Por fuera se veía bastante mal, pero aun me podría llevar a mi y a mis amigos de vuelta.

Comenzó el tan ansiado partido, y con él el siempre bienvenido clamor de las vuvuzelas. No podría asegurar a los cuantos minutos del inicio zorro dos descorchó el primer vino. El tema es que para el segundo tiempo, nuestro amor por la patria había devenido en un peleadísimo concurso de bebida, apuestas mediante. Por supuesto que el primer puesto se lo llevaría zorro dos, pero el resto de nosotros estábamos disputando a muerte el segundo lugar. Así como los jugadores del seleccionado estaban dejando la vida allá, nosotros hacíamos lo propio desde aquí. Todo sea por vencer a esos nazis. Con un esfuerzo sobrehumano conseguí el segundo lugar, seguido por zorro cinco, quien luego seria descalificado por tener que quedar al cuidado del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. No podría asegurar si fue Argentina o Alemania quien pasó a semifinales, pero debe haber sido un magnifico partido.