ALOCADAS AVENTURAS
PRIMERA PARTE
Con motivo de la tan ansiada reapertura de este prestigioso sitio, pensé en comenzar con la épica historia que de un día para el otro me llevo a la presidencia de la FIP y a esta a su consagración en el mundo fotologuero.
Los más fervientes seguidores estarán al tanto de que fuimos censurados en el fotolog, al punto de que la compañía se negó rotundamente y en reiteradas oportunidades a devolver las maravillas que allí habíamos publicado, incluso exigiéndolas con el titulo de funcionarios gubernamentales o agentes de la policía. Pero estos gorilas están muy equivocados si piensas que así van a lograr callarnos. A continuación, a partir de un minucioso trabajo de reconstrucción, les haremos revivir esa obra cumbre de aquella época de oro. Sin mas preámbulos, les presento la narración de la, hasta ahora, mas alocada aventura de quien por mucho tiempo fue la musa inspiradora de esta organización, y por lo que siempre le estaremos infinitamente agradecidos. Gracias Maflo!
Como todos los sábados alrededor de las diez de la mañana, volvía a mi casa caminando por la peatonal Córdoba. Después de un par de horas de haber estado leyendo Voltaire y Nietzche en la biblioteca del honorable consejo municipal, no veía las horas de recostarme en mi cómodo y calido sillón para reflexionar un buen rato. Pero llegando al cruce con calla Mitre, algo me distrajo de mis profundos pensamientos. Creí haber escuchado mi nombre, pero no estaba muy seguro. Parecía una voz muy áspera, cual Pity Álvarez, Charly García o el Coco Basile, y no me sonaba familiar. Al instante escucho que me llaman de nuevo, a lo que volteo la cabeza y encuentro a mi amiga de toda la vida, quien mas, Maflo. Me acerque rápidamente y la salude.
Yo:
¿Así que vos también vas a la biblioteca los sábados a la mañana?
Maflo:
No seas pelotudo! Estoy en “el sótano” y salí a tomar un poco de aire.
Yo:
¿Qué, vas a volver a entrar? ¿A esta hora?
Maflo:
Obvio pichón, entre el martes y hasta que no me rajen no pienso irme a otro lado.
A medida que se desarrollaba la conversación no paraba de sorprenderme. Estaba atónito, no podía dejar de preguntarme que había pasado con esa alumna aplicada del colegio San Patricio. A los pocos minutos salio de ese mismo complejo bailable un joven con la mirada perdida y una cámara en sus manos, y me pregunto si lo podía fotografiar junto a Maflo, quien parecía mover palancas en ese ambiente. Como buen caballero accedí, pero justo antes de sacar la foto alguien se acerco a ella y susurrándole algo al oído le dio algo semejante a un cigarrillo artesanal, cuyo contenido no podría definir con seguridad. Sutilmente se lo metió en el bolsillo, me miro y me dijo: “dale, pajero, que no tengo todo el día”. Me saludo y volvió a bajar por esas oscuras escaleras tomada de la mano de su amigo, quien resulto ser, según comentarios de algunos allegados en el mas riguroso off the records, su sex toy.
Algo aturdido, estaba por retomar mi camino a casa, cuando de repente salen de ese antro unos viejos amigos. Hacia mucho tiempo que no los veía ni sabia nada de ellos, pero en mis épocas de skin head metalero hardcore solía frecuentar muy seguido con ese grupete. Les pregunte por que razón se iban, ya que Maflo me había comentado que la joda seguía un par de días mas. Uno de ellos, sin poder evitar ocultar cierto nerviosismo en su respuesta, me dijo que el ambiente se ponía algo violento para su gusto durante el mediodía, momento en el que queda solo la pesada pesada, por lo que ellos optaban prudentemente por seguir la parranda en jalizco. Sin perder más tiempo, enfundaron sus armas, arrancaron sus motos y emprendieron viaje.
Para el miércoles de la otra semana, esa serio de inesperados acontecimientos no eran más que un vago, aunque aun así presente, recuerdo en mi cabeza. Pero mientras miraba las noticias con mi madre, interrumpen la programación para hacer un llamado a la solidaridad. Al ver una foto de Maflo con las palabras “falta de su hogar desde el viernes”, reaccione tan rápido como pude y, haciéndome olímpicamente el boludo, cambie al History Channel. No vaya a ser que mi vieja empiece a preguntar y tenga que pasarme un día entero dando testimonio en alguna comisaría de cuarta.
Gracias a dios, al día siguiente, al abrir el diario, veo en la primera plana una foto de ella en el casino flotante de Puerto Madero, reducida por varios oficiales de la federal, con esposas en sendas extremidades y una campera de cuero que no llegaba a cubrirle toda la cara. Al parecer, habría intentado robar la caja fuerte y, como fracaso estrepitosamente, ataco a varias viejas chotas y sedujo a sus respectivos esposos en busca de rivotril y whisky. Por casualidades de la vida nadie presento cargos, por lo que volvió a su casa esa misma tarde. Después de semejante actividad, un fin de semana de descanso en el hogar es casi imprescindible para mantenerse con vida.
Esa noche me entere que el viernes había un recital de almafuerte, hermetica y horcas en willy dixon. Parece que las aventuras de Maflo nunca terminan.
Ya pueden disfrutar de la escandalosa foto que evidencia lo antes relatado.
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